Las evidencias científicas sobre la influencia de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el aumento global de las temperaturas explican la importancia de mejorar la información que tenemos disponible sobre las principales fuentes de estas emisiones, de cara a reducirlas y, en última instancia, a mitigar este grave problema. Los compromisos de la Unión Europea con la firma del acuerdo de París (2015) deberían concretarse en muy diversos ámbitos, que no sólo afectan a las directrices políticas o macro-económicas, sino también a nuestros patrones de conducta. Algunos estudios han calculado que más del 60% de las emisiones están ligadas a nuestros hábitos de vida, sobre todo en lo que se refiere a la vivienda, la comida, el consumo y el transporte.
En este contexto, la reducción de emisiones de GEI forma parte de un concepto de desarrollo que tiene en cuenta el bien integral de la persona y del conjunto de las distintas formas de vida que conviven con nosotros en el planeta. Ese desarrollo “sostenible” tiene múltiples facetas que la ONU ha condensado en los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre ellos, el denominado Acción por el Clima se relaciona directamente con la reducción de GEI, pero hay otros que están en estrecha relación con este objetivo, como sería el caso de la Energía Asequible y no Contaminante, las Ciudades y Comunidades Sostenibles y la Producción y consumo Responsables.
En el marco de la Cátedra de Ética Ambiental nos hemos propuesto impulsar especialmente la conexión entre este último ODS y la reducción de GEI. Pretendemos ligar la Acción por el clima y el Consumo Responsable promoviendo la información necesaria para que el consumidor sea más consciente del impacto climático de sus hábitos cotidianos y, en consecuencia, pueda tomar decisiones que ayuden a reducir ese impacto. El objetivo principal de este observatorio es facilitar esa información en sectores de actividad y consumo cotidiano. Todo lo que hacemos, compramos o comemos lleva consigo una cierta emisión de GEI. Es lo que se llama la huella de carbono (HC). Conocer el valor de esa huella y las alternativas disponibles a nuestro consumo actual nos parece un medio necesario para que los ciudadanos puedan tomar decisiones mejor fundamentadas. La transición hacia una sociedad descarbonizada es tarea de todos. Se necesita mayor motivación ambiental, ciertamente, pero también mejor información para que los ciudadanos ya convencidos puedan tomar decisiones que estén fundamentadas en la mejor ciencia disponible en cada momento.