ANÁLISIS DEL CICLO DE VIDA
El segundo elemento de interés para el correcto cálculo de la HC (y de cualquier otro tipo de huella) es su alcance o, lo que es lo mismo, qué tipo de procesos y materiales relacionados con el producto se han incluido en el cálculo. En este sentido, se habla del ciclo de vida de un producto o servicio, indicando con este término las fases a las que hace referencia. Suelen distinguirse varios alcances: el denominado “de la cuna a la puerta” (cradle-to-gate o business to business, B2B), incluye las emisiones ligadas a la producción, transporte y almacenamiento del producto hasta su adquisición por el consumidor o por otra empresa; mientras el alcance “de la cuna a la tumba” (cradle-to-grave o business to consumer B2C) incluye también los procesos ligados a la fase de uso y su eventual reutilización o reciclado (que puedan compensar en parte las emisiones previas).
Alcances de los distintos análisis del ciclo de vida
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV), permite evaluar los aspectos ambientales y potenciales impactos asociados a determinado producto o servicio mediante:
- El inventario de entradas y salidas de materia/energía más importantes de un sistema.
- La evaluación de los posibles impactos ambientales asociados a las mismas.
- La interpretación de resultados de los puntos anteriores según los objetivos del estudio.
Las entradas del sistema son las materias primas/uso de recursos y el consumo de combustibles/energía. Las salidas son emisiones al aire, al agua y al suelo. En lo que respecta a la HC, interesan específicamente las primeras. A diferencia de otros indicadores ambientales, la HC ofrece una medida cuantitativa fácilmente interpretable, que mide la emisión acumulada de GEI en el ciclo de vida indicado en el alcance del producto que estemos considerando (generalmente el ciclo de vida completo o una parte sustancial del mismo).